Estoy harto. Ya basta. Estoy harto de callar durante dos años sobre la guerra de Ucrania, incluso de decir a veces cosas que no pensaba. Estoy harto del espejismo al que me ha llevado la presión social rusófoba que se ha impuesto en nuestra mojigata. puritana y farisea España hasta en grupos de guasap. Estoy harto de dejarme presionar por hipócritas que ven crímenes terribles en que Rusia defienda sus intereses de manera no muy diferente a como los defienden otras naciones de nuestro entorno (Francia, Estados Unidos y la antipática y despreciable Gran Bretaña, especialmente), y a las que nadie les chista, y en cambio tienen todo tipo de dudas razonables para ver y condenar los evidentes e incontrovertibles crímenes contra la humanidad que está cometiendo Israel todos los días, de manera continuada, antes y después del 7 de octubre.
Así que hasta aquí hemos llegado. Apoyo a Rusia, claro que la apoyo. Y la apoyo como los hipócritas silenciosos que a derecha y a izquierda apoyan a Israel: no me gustan sus métodos, pero la apoyo. La apoyo porque tiene razón, la apoyo porque Occidente lleva décadas engañándola e incumpliendo deslealmente todos los acuerdos a los que llega con ella; la apoyo porque Occidente lleva décadas tratando de ahogar a Rusia. La apoyo porque Rusia siempre ha sido un país amigo que se ha comportado como tal, sin responder a las provocaciones constantes de EEUU y su comparsa de la UE.
Apoyo a Rusia porque es suicida no apoyarla. La apoyo porque la Unión Europea no puede seguir colgada del brazo de unos Estados Unidos decadentes y al borde de convertirse en una autocracia populista de derechas (sí, como Rusia), al borde de la guerra civil con Texas y con varios movimientos secesionistas poderosos. Apoyo a Rusia porque Rusia es parte de Europa, porque Europa le debe a Rusia buena parte de su cultura, buena parte de su patrimonio histórico y cultural, y buena parte de su progreso científico y tecnológico. Por deberles, les debemos hasta la existencia de la democracia en Europa.
Después de estos dos años de propaganda rusófoba. Después de estos años de dilapidar la capacidad de defensa Europea frente a sus amenazas reales para regalársela a un régimen corrupto que acoge nazis en su seno, Ucrania y Estados Unidos tienen la guerra perdida. Crimea es y será lo que siempre ha sido: rusa. Donetsk y Lugansk serán lo que quieran sus habitantes que sean: probablemente Rusia. Y Rusia ni ha percibido daño alguno por las soberbias sanciones de Occidente, sino que ha sido más bien al revés, por más que guste poco a unos Estados Unidos que sólo tienen la autoridad que se ganan amenazando con la guerra a la comunidad internacional, y por más que le pese a una Europa que ha dimitido de ser Europa y de todos y cada uno de sus valores ilustrados.
Так было, так есть и так будет всегда!