¡Ya es mañana, ya es mañana!

El ventilador antifascista de la derecha

05/06/2020

Es frecuente que la gente de derechas se enfade mucho cuando se les llama, con razón o sin ella -que no todos los de derechas lo son, sino sólo una minoría- fascistas. Y niegan serlo, una y otra vez, con el gesto muy ofendido, como si se les hubiese llamado algo atroz. Tienen razón: ser fascista es atroz. Lo saben, y con razón se ofenden. Incluso los que lo son. 

Y llegado a a este punto hacen lo que suele hacer siempre la derecha: poner un ventilador para igualarlo todo al mínimo común denominador que suelen representar. ¿En qué consiste el ventilador antifascista de la derecha? En intentar poner inmediatamente al mismo nivel comunismo y fascismo, y así, te acusan de rojo, o de comunista, creyendo -o queriendo simular que lo creen- que ello es un insulto. Pero claro, no lo es.

Yo soy rojo. Si alguien quiere insultarme con cierto éxito, tiene que llamarme otra cosa, porque rojo no me ofende. Es mas, me gusta que me identifiquen como rojo. Es una identidad que llevo a gala desde que tengo uso de razón política. No siempre ha significado para mí exactamente lo mismo ser rojo, y hoy probablemente sea un rojo desteñido y enverdecido, pero soy rojo, y me gusta que me lo llamen. Luego está el otro insulto, el que ya les parece que es como para responder con un duelo a sable: comunista. Te llaman comunista y se ponen a resguardo, porque les parece que vas a reaccionar con los ojos incendiados de ira. 

Y no, tampoco pasa eso. Yo no soy comunista, pero no me molesta que me llamen comunista. Creo que los comunistas han aportado muchísimo al progreso en las dos Europas y en el mundo en general, y que, gracias en parte a ellos, aunque no sólo a ellos, tenemos en Europa los estados del bienestar que las derechas quieren destruir. Y en España, en concreto, los comunistas han sido héroes por la libertad, y ha sido el Partido Comunista de España, sin lugar a dudas, el que con mas compromiso y arrojo luchó durante 39 años contra la dictadura militar fascista que la derecha nos impuso a sangre y fuego. 

Por eso, cuando me llaman comunista, no sólo no me ofendo, sino que me siento honrado con que alguien pueda pensar que lo soy, como me sentiría honrado si alguien pensara que son físico teórico. 

Pero vamos, entiendo que ellos se sientan insultados si se les llama fascistas. Es terrible ser fascista.