Antes había más libertad, eso es así. A veces pienso que vivimos en un péndulo y pasamos de un extremo al opuesto sin apenas transición. Ahora no hay presunción de inocencia, y basta que tu mujer te denuncie por violencia de genero para que tengas que dormir en el calabozo y esto les pasa a muchísimos hombres y los juzgados están llenos de denuncias falsas. Lo sé, porque mi primo Joseluís trabaja en un juzgado y dice que no sabemos lo que se ve allí. Hoy en día, una mujer puede votar, conducir, trabajar y hasta ganar más dinero que yo. ¿Qué más quieren? Es triste, porque yo soy de izquierdas y feminista, pero nos hemos pasado de frenada. Franco tendría sus cosas, sí, pero no todo fue malo: fundó la Seguridad Social, nos dio las vacaciones pagadas y los pisos sociales, y se respetaba a la familia. En el tema de la igualdad, estamos como con Franco pero al revés.
Yo mismo, ayer tuve que pedirle permiso a mi mujer para abrir una cuenta en el banco. Después, fui al notario para firmar los papeles de la herencia de mi padre pero me dijo el notario que necesitaba una autorización por escrito de mi mujer, y que sin ella no podía hacerme cargo de la herencia de mi padre. Lo dejé para dentro de unos días, porque tengo que viajar a Roma, así que fui a la agencia de viajes a comprar el billete, pero no pude: me pidieron el permiso de mi mujer para viajar. Sin él no podía comprar un billete de avión para salir de España. No lo tenía. Y me enfadé mucho, así que decidí irme a dormir a un hotel.
La recepcionista era muy amable, pero me dijo que no podían darme una habitación sin un permiso por escrito de mi mujer. Me recomendó que me fuera a casa, que ese era mi sitio, y que me sacara esas ideas de mi “cabecita preciosa». Era tarde, y no tenía dónde dormir, así que acabé por irme a casa. Cuando llegué, me encontré en el vestíbulo a mi mujer, que me recibió con una bofetada, y un par de policías, porque me había puesto una denuncia por abandono del hogar. Como aparecí finalmente, retiro la denuncia -fue muy buena y generosa conmigo-, y los polis se fueron, no sin antes señalarme con el dedo acusador y advertirme «esto, que no se repita». Espero que se le pase y me compre la Kelvinator.
Ni machismo, ni feminismo.
Feminismo sí, pero no asín.
POSTDATA.- Evidentemente, que todo hay que aclararlo, esto es un texto ironico. Me ha venido a la cabeza viendo los comentarios de algunos mandriles de culo rojo en esta entrada de Instagram…